«¿Puede el trabajo de una artista latinoamericana con una muerte trágica y escandalosa haber llamado la atención por la gran fascinación de los suecos por el thriller y la novela policiaca? Escucho que a las guías del museo se les ha pedido explícitamente no mencionar las condiciones en que falleció Ana Mendieta.»
La artista visual y performer Carla Garlaschi nos entrega este particular y exquisito texto acerca de la última exhibición de la obra de la artista y performer cubana Ana Mendieta en Suecia en el Bildmuseet.
Por Carla Garlaschi | Imágenes cortesía de Bildmuseet y Galerie Lelong, NY
El fin de semana lo íbamos a pasar tomando hongos. Me habían dicho que sería una experiencia que me ayudaría a tomar decisiones. Venían en bolsitas trasparentes, estaban secos, mastiqué un par, los mezclé con cuadrados de chocolate y tragué. Éramos varios amigos -nos habíamos conocido en inauguraciones- en una casa del Cajón del Maipo, nos aperamos con todo tipo de frutas y verduras veraniegas, carne, quesos y alcohol. Algunos fuimos a orillas del rio Maipo, nos sacamos la ropa, nos embadurnamos en barro y dejamos que se secara. De pronto pude ver los cerros como papeles murales, grandes telones teatrales, texturas de verdes figuras serpentinas.
Pero eso fue hace tiempo. Ahora, estoy en el norte de Suecia y visito la exposición Ana Mendieta: Covered in Time and History en Bildmuseet, Umeå, ciudad refundada varias veces, incendiada incansablemente por los rusos, poblada, abandonada y vuelta a poblar. Hoy, hogar de metaleros, punketas, y tradición de izquierdas, campus de miles de universitarios, muy lejos de los cover-looks de Estocolmo. Para conseguir la muestra el museo ha demorado varios años en negociaciones. Pero, ¿Puede el trabajo de una artista latinoamericana con una muerte trágica y escandalosa haber llamado la atención por la gran fascinación de los suecos por el thriller y la novela policiaca? Me parecen ponderaciones fantasiosas y exageradas como teorías de conspiración de bar tender, además escucho que a las guías del museo se les ha pedido explícitamente no mencionar las condiciones en que falleció Ana Mendieta.
Antes de entrar al museo, un europeo entero glocal me dice que le moleta que expongan a Mendieta, que ella cumple con todo lo necesario para hacer una exposición políticamente correcta. Entro de todos modos y los muros negros me aprontan a una recepción solemne. Sweating Blood (1973) caen gotas de sangre sobre la bella cabeza de la artista. En otro video, Burial Pyramid (1974), su cuerpo diminuto cubierto en barro y rocas o inmerso en las aguas de México, Creek (1974), de espaldas flotando casi inmóvil como conservado en una resina de memoria visual granulada, una Ofelia de menuda fisonomía, o –alguien podría pensar- una modelo de American Apparel. Si lo último suena impertinente, advierto que es porque para ver el trabajo de Mendieta hay que ir como pisando huevos para no caer en malos entendidos.
Me detengo a pensar en Lucy Lippard “…cuando las mujeres hacen uso de sus propios rostros y cuerpos son inmediatamente tachadas de narcisistas… Porque las mujeres son consideradas objetos sexuales, se da por sentado que cualquier mujer que muestre su cuerpo desnudo en público lo hace porque se cree bella [1]” y en Simone de Beauvoir, la aversión de los hijos en reconocer en los propios progenitores el origen, sobretodo en la madre, que nos recuerda nuestra propia animalidad, nuestro origen carnal. [2] Pero Mendieta no se lleva con las artistas que llamará feministas blancas.
De la biografía de Ana Mendieta, pasa de ser una niña de familia respetable al perfil de pre- adolescente exiliada en EE.UU. bajo el alero de la Operación Peter Pan. [3] Todo prestigio y posición social de la familia Mendieta, donde figura un héroe de la independencia cubana y un presidente, perdidos al llegar Castro al poder. En EE.UU., la diferencia étnica la vuelve «el otro». De su trabajo, la visión etnocentrista no distingue más allá de una figura exotizada. Sus trabajos son vistos con esa pátina de nostalgia por «lo salvaje», «lo auténtico», «lo primitivo» que transpira el Tercer Mundo en los ojos del primero. [4]
Sí, como al glocal, a mí también me molesta la obra de Mendieta, pero me perturba por otros motivos. Hoy, veo sus videos, como si visitara una mediateca de los orígenes de la obra-tipo que se espera de una artista Latinoamericana. Lo que ahora es un formato de fácil comodificación, fue en su momento un grito ininteligible. Si la artista personifica el exilio, también se exilia del ser mujer desde el etnocentrismo y asume como supervivencia la exageración como estrategia “no de pureza, no de decir menos, sino de decir más, de decir demasiado, con el acento y entonación incorrecta, mezclando metáforas, haciendo cruces ilegales, transformando continuamente el lenguaje para que sus impresiones nunca sean asimilables a la etnicidad esencial.» [5]
Pero ahora, 2017, con el continuo crecimiento del Cuarto Mundo, conformado por inmigrantes no asimilados al Primer Mundo, varios de ellos viviendo estrechamente conectados con sus países de origen mediante redes sociales o internet, ahora, que la posibilidad de la supresión del DACA por el gobierno de Trump amenaza con deportar a varios latinos del programa Dreamers fuera de EE.UU. ¿Cuál podría ser la estrategia de la mujer artista latina hoy?
Por otra parte. Sócrates tomo la cicuta, Marat fue apuñalado en su bañera, Virginia Wolf se suicidó, Rimbaud murió en un hospital, ambas piernas amputadas, Bas Jan Ader desaparece en el océano Atlántico, Victor Jara, torturado hasta la muerte, Simone de Beauvoir fallece de neumonía. A fines de los noventa, Coco Fusco realiza la performance Más Vale Muerta (Better Yet When Dead) que consistía en velar a latinas como Frida Kahlo, Evita Perón, Selena, y Ana Mendieta “en ese tiempo parecía que la única manera que una Latina podía ganar atención era morir de una manera dramática.” [6] Las muertes dicen algo de quienes llevan estas vidas, no veo razón para callarlas. Tal vez nunca sabremos si fue o no Ana Mendieta asesinada por Carl André, pero la pregunta, aun hecha por activistas feministas aun es válida: ¿Dónde está Ana Mendieta?
Y por extensión, ¿qué me demuestra a mí, una artista Latina hoy, la exposición de Ana Mendieta en Bildmuseet? Al revisar el calendario expositivo del museo, los contados artistas no suecos expuestos viven en su país de origen como Colombia o China, o en una ciudad centro como Nueva York, pero nunca estos artistas viven en Suecia. Lo dicho, me lleva a pensar que parece más seguro lidiar con una lejana estrella de importación que hacer el arriesgado trabajo de husmear en la escena local de artistas no-suecos. O a ver si lo digo más claro, si Ana Mendieta hacía trabajo radical e ilegible hace cuarenta años, ¿quién tiene el coraje (y el tiempo) para desenmarañar el arte ininteligible que se hace hoy en este país?
[1] The Pains and Pleasures of Rebirth: Women’s Body Art, Lucy Lippard, 1976.
[2] Parafraseando a Le Deuxième Sexe, Simone de Beauvoir, 1949.
[3] Operation Peter Pan (también Operación Pedro Pan) fue una maniobra coordinada entre el Gobierno de los Estados Unidos (con énfasis sobre la CIA), la Iglesia católica y los cubanos que se encontraban en el exilio, por la cual más de 14.000 niños fueron llevados de Cuba a Estados Unidos. […] El sacerdote católico estadounidense, el Padre (posteriormente Monseñor) Bryan Walsh trabajó con Washington para coordinar la tramitación de visas para los niños. Vuelos de Pan Am llevaron a los niños a Miami, Florida, que, en la jerga de la operación era llamada «La tierra de Nunca Jamás» (Never-Never Land), y por ello los niños fueron conocidos como los «Peter Pans». El plan original de la operación contaba con que los niños se reunieran con sus padres al cabo de pocos meses.
[4] Where is Ana Mendieta?, Jane Blocker, 1999.
[5] Where is Ana Mendieta?, Jane Blocker, 1999, escribe la nota a pie de página extracto de The Pachuco’s Flayed Hide: The Museum, Identity, and Buenas Garras, Marcos Sanchez-Tranquilino y John Tagg 1991.
[6] Coco Fusco on the Enduring Legacy of Groundbreaking Cuban Artist Ana Mendieta by Jared Quinton 3rd February 2016 https://www.artsy.net/article/artsy-editorial-ana-mendieta-s-enduring-legacy-in-the-words-of-coco-fusco
Imagen 01: Anima, Silueta de Cohetes (Firework Piece) (film still), 1976. Super 8 film, color, silent. The Estate of Ana Mendieta Collection, LLC. Cortesía Galerie Lelong, New York.
Imagen 02: Sweating Blood (film still), 1973, Super 8 film, color, silent. The Estate of Ana Mendieta Collection, LLC. Cortesía Galerie Lelong, New York.
Imagen 03: Energy Charge (film still), 1975, 16mm film. colour, silent.The Estate of Ana Mendieta Collection, LLC. Cortesía Galerie Lelong, New York.
Imagen 04: Blood Writing, 1974 , Super-8 color, silent film. The Estate of Ana Mendieta Collection, LLC. Cortesía Galerie Lelong, New York.
Imagen 05: Blood Sign, 1974, Super-8 color film (silent). The Estate of Ana Mendieta Collection, LLC. Cortesía Galerie Lelong, New York.
Imagen 06: Creek (film still), 1974, Super 8 film, color, silentThe Estate of Ana Mendieta Collection, LLC. Cortesía Galerie Lelong, New York.
Imagen 07: Volcán (film still), 1979, Super 8 film, color, silent. The Estate of Ana Mendieta Collection, LLC. Cortesía Galerie Lelong, New York.
Imagen 08: Untitled: Silueta Series (film still), 1978, Super 8 film, color, silent. The Estate of Ana Mendieta Collection, LLC. Cortesía Galerie Lelong, New York.
Imagen 09: Ana Mendieta, Omsluten av tid och historia (utställningsvy), Bildmuseet, 2017.
Imagen 10: Ana Mendieta, Omsluten av tid och historia (utställningsvy), Bildmuseet, 2017.