Rodolfo Andaur (Iquique, 1979) es uno de los curadores más importantes de la escena en Chile. Su trabajo también lo han reconocido otros curadores de nivel internacional como José Roca (Colombia), Ute Meta Bauer (Alemania-Singapur) y Charles Esche (Escocia-Holanda). Incluso este último recomendó a Rodolfo Andaur como candidato para asumir el cargo de Director Artístico del MALBA (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires). No hay duda que esta reputación internacional que él ha conseguido lo convierte en uno de los pocos gestores que ha podido articular, desde el norte de Chile, un contundente reconocimiento nacional e internacional.

En estos momentos Rodolfo Andaur está a punto de comenzar uno de sus proyectos insignes: «Gestionar desde la Geografía Nuevos Desplazamientos», proyecto que contará en su versión 2018 con la participación de más de una treintena de curadores, investigadores y artistas visuales provenientes de Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Indonesia, Irlanda, Italia, Portugal, Reino Unido y Suiza. Con este enfoque internacional “Gestionar desde la Geografía Nuevos Desplazamientos” se consolida como un espacio para dialogar y debatir sobre aquellas contraposiciones que aparecen en nuestra geografía, su marco territorial y como desde estos análisis somos capaces de construir paralelos con otros contextos tan alejados geográficamente como Suiza, Indonesia o Australia.

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Carolina Martínez Sánchez: ¿En que año fue la primera versión de “Gestionar desde la Geografía Nuevos Desplazamientos” y bajo qué contexto apareció en la escena?

Rodolfo Andaur: El 2016 fue el primer año en que comenzamos a difundir el proyecto con el actual nombre. Sin embargo, podría confirmar que esta forma de desplazamiento, a través de la región de Tarapacá, nació en junio del 2009 cuando recluté para una curaduría que realicé en la ciudad de Iquique a los artistas visuales Demian Schopf, Gonzalo Cueto y Jo Muñoz. Desde esas experiencias con ellos, todos los años nos hemos reunido ininterrumpidamente en el mes de julio para gestionar los desplazamientos.

CMS: ¿Cuáles fueran las ideas, conceptos y las principales inquietudes o miedos para instalar este tipo de proyecto en Chile?

RA: En cuanto a la idea principal del proyecto tiene que ver estrictamente con la creación de reflexiones sobre el contexto histórico y etnográfico de la región, una situación que nos ha permitido extender los mismos análisis hacia ciudades como Santiago y Valparaíso. En este sentido, el miedo nunca ha existido para embarcarnos, pero lo que si aparece es una sensación de inquietud y principalmente de emotividad. La emotividad surge en el caso de los participantes chilenos que han estudiado aquí, debido a lo convencional que ha demostrado ser la academia frente a la geografía y lo precario de la escena cuando ha intentado reflexionar sobre lo político en el arte actual.

CMS: Por lo que nos cuentas está muy claro que ya es un proyecto consagrado, pero me gustaría saber ¿Cómo lo financias?

RA: A partir de la plataforma que nos brinda la Fundación Crear hemos recibido varios tipos de financiamiento. Entre estos debo destacar que todos los años ha colaborado la oficina regional del ministerio de las culturas de Tarapacá a través de su programa ‘Acceso’. Lamentablemente el cambio de gobierno ha provocado una lentitud para que las nuevas autoridades comprendan cabalmente lo que significan las políticas de Estado que tienen como objetivo principal dinamizar a los artistas y sus proyectos, ya que desde esas líneas hemos estado trabajando durante tantos años. Es por todo esto que extrañamos la gestión de la ex directora del CNCA de Tarapacá, Milisa Ostojic, una autoridad que demostró poseer un perfil de política comprometida con el sitial que los artistas deben tener en la región. Lo peor es que la actual autoridad aún no comprende -y tengo serias dudas si alguna vez podrá comprender- las dinámicas con las que se construyen los discursos artísticos. Como gestores no podemos aceptar que esta autoridad regional cuestione desde su incompetencia cuál es el sino del arte ya que va en detrimento de los cimientos del mismo Ministerio de las Culturas. Estamos seguros que quienes diseñan ‘los cuoteos políticos’ deben exigir más idoneidad para este cargo. Es inaceptable que este perfil de autoridad esté absolutamente desactualizado, incluso, de su rol. En resumen, con estos cuestionamientos a la gestión ministerial local, podemos confirmar que el slogan “tiempos mejores” obedece más bien a una estrategia de mercado que tiene como objetivo, entre otras cosas, opacar hasta las poesías más inocuas que aparecen fuera del pensamiento de los partidos políticos, ideas con las cuales trabajan los verdaderos artistas.

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CMS: Este lamentable comportamiento que desprenden algunas nuevas autoridades la hemos conversado en varios foros, seminarios, y también la hemos dialogado a través de redes sociales. Pero pareciera que la propia institución se vuelve ciega y pretende, por momentos, desembarcar ideas que son incoherentes con la realidad. Ahora quiero ser positiva y pensar que contamos con personas idóneas quienes podrían ser el motor dentro del Ministerio de las Culturas y que pueden subsanar esta situación en las artes visuales, para no repetir el caso de lo que vemos en la región de Tarapacá.

RA: En estos meses de incertidumbre, dentro de la institución ministerial chilena, solo hemos recibido el apoyo y desplante estratégico de la Coordinadora Nacional de Artes Visuales Varinia Brodsky. Ella, con sede en Santiago, y muy lejos de la realidad que muestra el extenso territorio nacional, ha mantenido el rigor para avanzar en una política nacional más inclusiva y que pueda desenvolverse en todas las regiones sin excepción. Además de que esa misma política recoja y absorba otros códigos que le permitan actualizar constantemente la información, datos y estrategias con las que los artistas visuales construyen en este país, con sus ya conocidas complejidades territoriales. En este caso, para sorpresa de muchos, la centralización que tanto he criticado en esta oportunidad colabora de manera efectiva bajo el marco que permite una política de Estado en esta materia. Por lo que es innegable que sin la colaboración de Varinia Brodsky no podríamos haber realizado este proyecto en su versión 2018. Y eso que contamos con un fuerte espaldarazo de otras entidades como el programa Coincidencia de Pro Helvetia, Goethe Institut, Centro Cultural de España, British Council, Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez, Antenna, Fundación Tajamar, entre otros. Sin embargo todos sabemos muy bien que siempre el dinero es escaso más aún cuando uno quiere producir un proyecto fuera de Santiago y ante estas particulares circunstancias.

CMS: Con este fuerte espaldarazo que mencionas, y con un carácter netamente internacional, los invitados para julio del 2018 vienen de países tan variados y lejanos como Dinamarca o Indonesia. ¿Qué criterios o indicadores te llevaron a gestionar su venida?

RA: Primero confirmar que todos son bienvenidos a este proyecto. No ocupamos un sistema de selección. Ahora, muchos de los participantes han trabajo temas que rodean el concepto de paisaje en sus obras, escritos y reflexiones. Desde ahí conecto con ciertas ideas que me llevan a reunirme con otros conocidos curadores y artistas quienes finalmente recomienden a quienes serán, en definitiva, los invitados a este viaje.

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CMS: Este proyecto con carácter de residencia busca expandir el diálogo desde un país tan centralizado como Chile hasta una vasta y árida geografía, trabajando con artistas de diferentes regiones y de otros países. ¿Pero cómo es que realmente la comunidad y el territorio de la escena del país pueden asimilar y verse involucrados en este proceso de encuentro, creación y reflexión?

RA: Es importante destacar que por lo general la escena chilena del arte contemporáneo está bastante alejada de los discursos globales. Con solo desplazarnos a ciudades como Bogotá o Sao Paulo nos percatamos que nuestra escena ha creado más ejercicios anticuados que prácticos para difundir la articulación propia del arte actual. A raíz de esto es fuertísimo en Chile el tema de la identificación con Europa, más que con América Latina; y ciertamente esto ha generado un detrimento para asimilar lo que ocurre dentro de nuestros propios márgenes geográficos. Por lo que en este sentido, este meeting en el norte del país ‘aculturiza’ tanto una conexión internacional como multicultural mucho más vasta que la presentada por el centro. Es así como emergen artistas, gestores locales y nacionales que han llamado la atención de los invitados internacionales año tras año, generando diversos proyectos fuera y dentro de la región. Ante estas mismas ideas, los artistas que concurren de otras regiones del país conservan un mismo lenguaje que provoca que puedan interregionalizar sus proyectos. Esto ha ido creciendo exponencialmente. Por último puedo destacar que muchos de los diálogos interesantes que presencio, aparecen a través de caminatas donde el cuerpo, por momentos, requiere de un constante re-setting.

CMS: Entendiendo los diferentes imaginarios que albergan quienes viajan a ser parte del proyecto ¿Cómo contarías estas narrativas que empiezan a configurarse antes de partir hacia el desierto?

RA: Es fundamental tener un prefacio para profundizar en lo que ocurre específicamente con la escena de Santiago y Valparaíso. También es necesario articular las interrogantes que circundan el trabajo curatorial desde los mismos espacios donde se llevan a cabo estos proyectos liderados por instituciones y bajo el alero de los curadores. Al mismo tiempo, la principal narración que desprende el inicio de este viaje nos permite ver y comprender como algunos espacios culturales son un epicentro académico e institucional que después desaparece ante el rigor que nos presenta la geografía del desierto.

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CMS: ¿Cómo ha sido el cambio y evolución de “Gestionar desde la Geografía Nuevos Desplazamientos” a través de sus distintas ediciones?

RA: Como director y productor del proyecto creo que siempre estamos cambiando las actividades y aspiramos a revitalizar los diálogos entre los invitados locales, nacionales y extranjeros. Siempre es necesario re-inventar el desplazamiento. En este caso todos somos constructores de este método. O sea todos facilitamos que los diálogos sean una constante ante las inclemencias del tiempo, la temperatura e incluso la luminosidad. La naturaleza juega un rol preponderante en nuestra peregrinación.

CMS: ¿Cómo se ha ido emplazando tanto el proyecto como tú dentro de Latinoamérica?¿ Crees que es posible hoy decir que se ha convertido en un modelo o paradigma para ejecutar en otros lugares?

RA: No hay duda que estamos en el ojo de varios análisis en el contexto de las artes visuales en el continente. Por lo que sí me atrevo a confirmar que somos un modelo de trabajo de campo entre varias otras iniciativas que trabajan con ciertos paralelos similares a esta metodología. Por ejemplo en los extremos de Sudamérica tenemos en Bogotá, Flora Ars+Natura, en Santa Cruz (Bolivia) Kiosko Galería y su km 0; y en Punta Arenas el proyecto Liquenlab de los artistas visuales Sandra Ulloa y Nataniel Álvarez. Todos ellas son acciones muy inspiradores para Gestionar desde la Geografía Nuevos Desplazamientos. Por otro lado, también mencionaría que en esta instancia nosotros ampliamos literal y metafóricamente el contexto de desplazamiento como tal. El radio de ejecución es más extenso, por ello es mucho más dinámico.

CMS: ¿Qué esperas de esta versión, tanto a nivel de práctica artística y pensamiento crítico, y lo que podría generar en el país y otros lugares? ¿Qué es lo mejor que podría pasar – sin ser tan ambiciosos?

RA: Este año por primera vez inauguraremos una exposición. Una exposición del colectivo danés Lehman Brothers. Este proyecto retoma el tema de extracción de salitre y sus consecuencias. En cuento a las dinámicas de pensamiento crítico, eso siempre es una sorpresa. Todos somos parte del material orgánico que sucumbe ante el paisaje y el clima. Recuerda que somos peregrinos. Con todos estos datos que menciono, no hay dudas que tendremos una versión 2019, pero para esa versión espero (lo digo con mucha ansiedad) unir Antofagasta y Tarapacá. Algo que hicimos el 2014 pero que no volvimos articular por situaciones.