Desde el 29 de marzo al 22 de abril se instaló en la nave central del museo Martin Gropius Bau (Berlín, Mitte) la primera instalación pública de sonido inmersivo realizada por la organización Institute for Sound & Music Berlin. ISM se conformó hace ya algunos años queriendo responder al gran porcentaje de residentes y visitantes de la ciudad de Berlín, cuyos intereses primarios incluyen el sonido, lo audiovisual y la cultura de música electrónica; ávidos de nuevos universos donde puedan someter sus sentidos a nuevos estímulos que vayan más allá del circuito de clubes electrónicos de Berlín.

El Hexadome –como revelaba su nombre– consistió en un domo de 6 muros de pantallas de proyección visual –diseñado por el estudio de media digital Pfadfinderei– y conteniendo el sistema de sonido “Klangdom”, sistema avanzado de parlantes multicanales desarrollado por ZKM | Institute for Sound and Acoustics. Durante el curso de un mes, artistas (curados parcialmente por Norient – Network for Local and Global Sounds and Media Culture) fueron invitados en equipos a intervenir la instalación de modo visual y sonoro, generando experiencias inmersivas en un espacio sónico semana tras semana. Algunos de ellos de más trayectoria, como Brian Eno y Thom Yorke, y otros artistas de carácter más emergente (pero que van liderando los canales del sonido experimental/electrónico) como Holly Herndon – quien ya se había presentado en el festival de Sonido CTM durante el mes de febrero.

Brian Eno_Empty Formalism2 (c) Spencer Bray DSC01140 DSC00626

La instalación se desplegó en la nave central del Martin Gropius Bau Museum, en pleno centro de Berlín. Antes de ingresar a la sala principal, las vibraciones de sonido ya deformaban el hall de entrada; sus clásicos mármoles amenazados por la distorsión sónica proveniente de las intervenciones. Cruzar el umbral que nos guiaba al Hexadome terminaba por dislocarnos radicalmente del espacio del museo, trasladándonos a un capullo cromático que sería la nave espacial para el viaje inmersivo. La proximidad entre los presentes se veía inmediatamente acentuada a causa de la invasión sonora de impecable calidad que iba diluyendo los límites del espacio personal, conectando nuestros inconscientes a través de nuestros tímpanos.

Estábamos suspendidos en un bosque digital –un espacio de naturaleza binaria– resbalando por capas tecto-sónicas hacia el centro de una Tierra programada. Los presentes repartidos por el suelo extasiados, sorprendidos, algunos algo desesperados. Momentos de ruido tan agudo que desmembraba los límites de nuestros pensamientos, acorralándonos en nuestra propia consciencia, enfrentándonos a nosotros mismos. Durante las breves pausas sonoras en que el espacio retomaba su forma original, las miradas vagaban desorientadas por la alta cúpula del museo buscando atisbos de realidad, para en breve ser arrastrados nuevamente al micelio que une lo orgánico y digital.

“En este momento no soy nada más que lo oído, igualmente deformado y silenciosamente estridente.”  [1]

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La sucesión de las intervenciones expresadas desde la diversidad perceptiva de cada artista, enfrentaba al oyente a la variedad de entendimientos y asimilaciones que puede provocar el sonido en el cuerpo y el efecto y distorsión que puede concretar en el espacio, interrogando los límites de la realidad racionalizada. ¿Cómo podríamos explicar de manera racional la mutación perceptiva del espacio, considerando los encuentros entre las intenciones del artista y la percepción de la obra que varía individuo en individuo?

La estética y tecnología del Hexadome, fue una evidencia importante de la revalorización que está viviendo la Escucha y Sonido como un método de entendimiento de la realidad y construir medio ambientes, especialmente en las artes contemporáneas. A pesar de ser una entre las varias iniciativas –en la ciudad de Berlin e internacionalmente– convergiendo tecnologías avanzadas, cultura electrónica y artes inmersivas, el domo presentó de manera concreta al oyente con perspectivas creativas de experienciar sonido, trayendo a consciencia el constante afecto de su melodía, fluidez y vibración en nuestros cuerpos y contextos.

“El ruido niega la cohesión y el propósito del movimiento de masa, y se retire de la conquista sobre la fragilidad humana y fallo de la máquina, a la celebración de la incoherente naturaleza del ser, en espléndido aislamiento, humano.”  [2]

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Institute for Sound and Music Berlin

www.berlin-ism.com/

 

ISM Hexadome Artistas Comisionados

En orden de aparición:

Brian Eno (installation)

Tarik Barri & Thom Yorke (installation)

Tarik Barri (installation / live performance)

Holly Herndon & Mathew Dryhurst (installation / live performance)

Frank Bretschneider & Pierce Warnecke (installation / live performance)

Lara Sarkissian & Jemma Woolmore (installation /live performance)

Ben Frost & MFO (installation / live performance)

Peter van Hoesen & Heleen Blanken (installation / live performance)

Howie Lee & Michael Tan (installation / live performance)

Pfadfinderei & René Löwe (installation / live performance)

 

Notas:

[1] Voegelin, S. (2010). Listening to noise and silence :Towards a philosophy of sound art. New York: The Continuum International Publishing Group Inc., pp. 49.

[2] Ibíd. pp. 51.